Si trabajar la tierra para producir alimentos es una tarea dura, hacerlo en condiciones de indigencia lo es aún mas. Miles de familias realizan diariamente esta tarea en las peores condiciones imaginables; sus animales no cuentan con corrales; duermen a la intemperie amarrados a un arbusto y están parasitados, redundando en grandes pérdidas tanto de alimentos, como de trabajo, pues no son rentables y la mayor parte de las veces, escasamente recuperan la inversión.

Los terrenos de cultivo se encuentran esterilizados en grado superlativo, parte por el uso indiscriminado de fertilizantes químicos y pesticidas y parte por que se ha ido perdiendo la costumbre de devolver a la tierra lo que se le ha tomado, por lo que la mayoría de las veces las cosechas se pierden y la degradación de los suelos aumenta a la par que se va perdiento a la par de la riqueza biótica.

La mayoría de los productores practica el monocultivo por lo que son altamente sensibles a las condiciones adversas del clima, además de que las plagas que aquejan sus cultivos aumentan en la medida que van creando resistencia a los químicos, obligando a los productores a recurrir a mayores cantidades de pesticidas y éstos, de mayor poder destructivo y precio, aumentando el circulo vicioso.

Mediante este programa se apoyo a las y los productores a mejorar sus instalaciones, implementar nuevos cultivos, usar abonos orgánicos y control biológico de plagas, aplicar técnicas de conservación de suelos, sembrar parcelas leñables y  huertos familiares, además de implementar nuevas tecnologías como biodigestores, invernaderos, estanques piscícolas, etc.